miércoles, 5 de octubre de 2011

Dia de Muertos en la Huasteca de Hidalgo.



Día de Muertos es una de las fiestas más típicas del pueblo mexicano y una de las que mayores raíces tiene. Todos los años se celebran muchas fiestas en todo el mundo. Algunas se relacionan por ser festividades religiosas; otras son fiestas tradicionales. Sin embargo, en México existe una tradición que data desde la época de nuestros antecesores: los aztecas. La fiesta del Día de Muertos se caracteriza por ser una celebración tanto religiosa como tradicional. Los típicos altares, el pan de muerto y las calaveritas de azúcar, las calacas, el papel picado, las flores de cempasúchil las veladoras y las imágenes de los difuntos son algunos de los aspectos que caracterizan tanto a esta tradición. Cabe agregar, que México es el único país que celebra esta fiesta: la del Día de muertos.

Día de los Muertos, como su nombre lo indica, conmemora y celebra a los santos difuntos. Esta fiesta ocurre anualmente el día 2 de noviembre. Aunque a través de la República mexicana encontramos diferentes manifestaciones de la fiesta, básicamente consiste en lo siguiente: En los hogares, se coloca un altar con la imagen del difunto que se recuerda. El altar tiene papel picado, flores de cempasúchil, comida típica de la región y del agrado del difunto, veladoras, dulces y un sinnúmero de otros elementos que componen al altar que describiremos más tarde. Además del altar en la casa, la familia visita la tumba donde su ser querido yace. Ahí también se le ofrece comida, flores y se prenden veladoras. Se ofrecen misas por todos los santos y por los fieles difuntos. Al ser el pueblo mexicano tan simpático y alegre, también se hacen muchas caricaturas relacionadas con la muerte como las calacas


Largamente los orígenes de esta fiesta vienen desde el tiempo de los aztecas. Los aztecas pensaban que aquellos que morían accidentalmente o por enfermedades incurables, iban a parar a Tlalocán (una especie de paraíso terrenal) donde les recibía Tláloc. En ese lugar pasaban la eternidad cazando mariposas, comiendo frutas exquisitas o jugando pelota. Los que morían de forma natural (y aquí viene la cuestión de la ofrenda), tenían que llevar a cabo un penoso viaje de cuatro años, durante el cual, enfrentaban todo tipo de peligros. Los afortunados que finalizaban su travesía, arribaban a Mictlán donde eran recibidos por Mictlantecuhtli. Estas creencias coinciden con la localización de tumbas con objetos funerarios de alrededor de 1800 A.C. - 1300 A.C. Los aztecas crearon muchas esculturas relacionadas con la muerte. Su literatura también nos enseña la filosofía mexica hacia la muerte.




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